Esta
cuestión de los hombres y el corazón, no es nada fácil. ¿Quién no ha tenido
decepciones alguna vez ? De seguro, tú me entiendes... Vamos por la vida,
pensando que ya no te vas a enamorar y se nos mete esta idea en la cabeza:
“Nunca volveremos a encontrar el amor”. Cuando tenemos o encontramos a una
persona maravillosa y en un abrir y cerrar de ojos ya todo se ha acabado. Tal
vez porque nos peleamos, dejamos de querer o nos dejaron de querer, una de las
partes perdió el interés o peor aún, ganó el interés... pero en otra
persona. En ese momento decidimos que
empieza nuestro mal de amores, nos aferramos al dolor, a la angustia o al
recuerdo de lo que nunca fue y ya no es. Entonces decido irme de compras y
gastar todos mis ahorros, sin remordimiento alguno y más tarde decidí hacerle
caso al hígado e ir por ese “cocktail” que tanto necesitaba y me siento en la
barra al estilo de Samantha de “Sex and the City” como una zombie desolada y
empiezo a pensar que llegara mi príncipe azul con un ramo de rosas pidiendo
perdón (claro, ese no iba a ser el caso) pero cuando empecé a mirar a mi
alrededor lo único que encontrabas era un hombre sin dientes, que creía que tenía a todas las mujeres allí enamoradas
por su dentadura tan espectacular, otro que parecía que utilizaba un “Depend” para hacer sus necesidades cada vez
que terminara su cerveza y uno que otro bastante guapo. ¿ Algo más para
empeorar el cuadro ? Claro, tú esperas que él sea infeliz toda la vida, pero
para bien o para mal eso no es así. Soy fiel creyente del KARMA y he visto como
funciona, pero entonces, ¿Qué hacemos?... Nada, resignarnos. Tal vez si nos
diera por caminar a paso lento y dejáramos de buscar, la vida nos
sorprendería ¿ No creen ? A fin de
cuentas, todos tenemos derecho a ser felices tarde o temprano, mientras tanto
“the show must go on”.
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